martes, 19 de octubre de 2010

Respiro y abro los ojos de mañana
La barrida de los encargados se filtra entre los edificios
e invade mi cuarto, como de rutina
Alzo la vista y la luz del sol imita
Y me doy cuenta que siempre oigo y veo
lo mismo todas las mañanas
El murmullo de una ciudad que
en poco tiempo se transformara en un caos
como todos los días, esto me achata
Pero lo diferente es que en un caos
puede pasar cualquier cosa,
todos los días,
y el caos nunca terminas de conocerlo
tiene rincones, sonidos y olores
que esperan que los descubramos
Historias, miles de ellas, una más
interesante que la otra
envueltas en el ruido y la desesperación
del gran conglomerado de problemas diarios y ajenos
porque uno hace su vida lo más ajustada y sencilla
para no recaer en el nerviosismo y la desesperación
de enterarse de otras cosas que alteren la normalidad
Así vive la ciudad y no le importa
eso es lo que molesta: no le importa nada.

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