martes, 13 de marzo de 2012

Besos deseos

¿Cuantos besos entran en tu cuerpo?
No lo sé.
Te envío tantos como quepan en él,
esperando con ansias
volver realidad
ese interminable deseo.

Desde el sur del mundo,
el viento del oeste tuerce mi impulso,
pero no logrará doblegarlo.

¿Y si el deseo se apaga,
como cualquier fogata de campo?
Que más dá, el tiempo no corre gratis,
algún día su camarero, el destino,
te trae la cuenta.

Viento ahora calmo,
pero el frío recrudece,
el clima no da tregua a mi cuerpo.
Tal vez, como el deseo,
o como la yerba para estos mates,
que va aflojando,
finalmente me apague.

¿Cuántos besos entran en tu cuerpo?
No lo sé.
De lo que estoy seguro,
es que alguno de los cientos de deseos
(¿o qué son los besos si no deseos?)
con viento en contra o de costado,
llegará a su destino.

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